
Condiciones higrotérmicas para mantener los suelos de madera
Si elegimos la madera como pavimiento para nuestros suelos, hay que tener en cuenta, que es un material vivo, y como tal, si no encuentra unas condiciones de humedad relativa y temperatura correctas, la madera, puede sufrir alteraciones.
Una vez instalado el suelo, para evitar que la madera se agriete o tenga problemas de cambios dimensionales, se recomienda mantener unas condiciones ambientales de humedad relativa entre el 50 y el 70% si es en zonas costeras, y entre el 35 y 60% si es en el interior.
Existen dos maneras de medir la humedad en un espacio:
- Humedad absoluta: es la cantidad de vapor de agua por metro cúbico de aire en el ambiente
- Humedad relativa: es el porcentaje entre la cantidad de vapor de agua real que contiene el aire y la que necesitaría contener para saturarse a idéntica temperatura. Por ejemplo, si hablamos de una humedad relativa del 70%, significa que de la totalidad de vapor de agua (100%) que podría contener el aire a esta temperatura, solo tiene el 70%.
En el caso de que la instalación del suelo de madera se realice en recintos calefactados por sistemas de suelo radiante, éstas serían las recomendaciones a seguir:
- Utilizar maderas estables (poco nerviosas) y de densidad mayor o igual a 550 Kg/m3 .
- La potencia del sistema debe de regularse de forma que en ningún momento la temperatura de la cara superior de la solera calefactada exceda de 27º C.
- La conductividad térmica del parqué deberá ser como máximo de 0,17 m2 ºC/W
Por lo general, todas las maderas sufren variaciones de color por exposición a la luz, en algunas más que otras. La variación de color es algo normal, y debe considerarse como un fenómeno natural y propio de la madera.
Con los cambios de temperatura y humedad, la madera se transforma, se mueve. Estas oscilaciones también son consideradas normales, dada la naturaleza del material. La merma de las piezas en anchura produce la manifestación de las juntas entre los elementos del suelo. Para comprobar que nuestro suelo sufre las modificaciones típicas de los cambios de temperatura y no se debe a una instalación defectuosa, la norma establece que la media de la anchura de las juntas, no deberá sobrepasar por término medio, el 2% de la anchura de la pieza, es decir, que las juntas serán como máximo de 3 mm.
La ventilación de las viviendas, mantener el área de instalación dentro de los parámetros que fija cada fabricante, el empleo de humidificadores o deshumificadores y realizar un correcto mantenimiento de limpieza con productos no abrasivos, ayuda a la hora de mantener nuestros suelos de madera en perfectas condiciones.